Endodoncia

Endodoncia: tratamiento de conductos para salvar tu diente

La endodoncia (tratamiento de conductos) se enfoca en eliminar la infección o inflamación de la pulpa dental, aliviar el dolor y conservar la pieza en boca. Al desinfectar y sellar los conductos radiculares, se restaura la función masticatoria y se evita la extracción, cuidando también la estética y la salud del hueso que soporta el diente.

Cuando hay dolor al masticar, sensibilidad prolongada al frío o calor, caries profunda, golpes o fracturas, abscesos/fístulas, cambio de color del diente o dolor espontáneo nocturno, es momento de valorar endodoncia para controlar la infección y prevenir complicaciones.

¿Cuándo considerar endodoncia?

  • Dolor intenso o persistente, con o sin inflamación.
  • Caries profunda cercana o dentro de la pulpa.
  • Traumatismos con fisuras o fracturas.
  • Absceso dental, fístula o sensibilidad sostenida.
  • Rehabilitaciones que requieren un diente libre de infección antes de colocar corona o prótesis.

¿Cómo funciona el tratamiento?

  • Evaluación clínica y radiográfica para definir el diagnóstico y el plan.
  • Anestesia local y acceso a la cámara pulpar.
  • Limpieza, conformación y desinfección de los conductos radiculares.
  • Obturación hermética de los conductos con materiales adecuados.
  • Sellado y restauración definitiva (resina o corona) para proteger el diente y evitar reinfección.

Beneficios de la endodoncia

  • Alivio del dolor y control de la infección.
  • Conservación del diente natural y del soporte óseo.
  • Base estable para coronas y tratamientos restaurativos.
  • Función y estética recuperadas con mayor durabilidad.